Introducción a un panorama sobre el uso de los hongos comestibles silvestres en la zona metropolitana de Orizaba, Veracruz

El aprovechamiento de los hongos silvestres se remonta a los inicios de la civilización humana, existen diferentes pruebas como pinturas rupestres, figuras en piedra y códices que sustentan este hecho.

El estudio de los hongos comestibles y medicinales y sus relaciones con los humanos en México, es relativamente reciente, comenzó de manera formal en la década de 1950. Diferentes biólogos entre los más renombrados: Gastón Guzmán y Teófilo Herrera, iniciaron con éxito el camino del estudio de los hongos en sus diferentes formas y aplicaciones en nuestro país.

De acuerdo a datos proporcionados por el Dr. Jesús Pérez Moreno, investigador de alto nivel en el área de los hongos comestibles, existen 420 especies de hongos que han sido registradas en mercados y comunidades principalmente indígenas, esa cifra nos posiciona en el segundo país a nivel mundial en conocimiento tradicional del uso de los hongos, por ende, el territorio es un gran reservorio de especies que sirven como alimento, medicinas y seguramente resguardan un alto potencial biotecnológico que aún no ha sido explorado.

En el estado de Veracruz el consumo de hongos silvestres comestibles (HSC) se ha estudiado con mayor detalle en la región montañosa de la zona centro. En los alrededores de la ciudad de Orizaba, por ejemplo, se consumen las escobetillas, trompas de cochino, los hongos de encino, de maguey y jonote por mencionar algunos.

Sin embargo, en algunas regiones donde el consumo de los HSC era frecuente, este se ha visto mermado por la introducción de otro tipo de alimentos como la famosa “comida rápida”, la migración y principalmente la destrucción de los ecosistemas. Por otro lado, el ingreso de variedades de hongos no autóctonos como el champiñón, portobello y su producción en masa, han redirigido la afición por el consumo de hongos, pues son de fácil acceso a través de cadenas nacionales e internacionales de abastecimiento.

A continuación, se muestra una tabla donde se ordenan los municipios de la zona montañosa a los alrededores de Orizaba con presencia de hongos silvestres comestibles.

En entrevista con Miguel Barrales fundador del proyecto Hongos de las Altas Montañas

¿Qué aspectos consideras que han impactado en el poco consumo de los hongos silvestres?

La destrucción de los ecosistemas nativos es creo la mayor amenaza que existe para el consumo de los hongos silvestres comestibles, es la más importante, entre otras, porque muchos de los hongos que se pueden comer tienen una estrecha relación con las especies vegetales, principalmente árboles. Si un ecosistema tan frágil y con poca extensión como el bosque mesófilo de montaña es destruido, jamás volveremos a ver las especies que ahí habitan, es como destruir un cerro para extraer piedra o cal, jamás volverá a estar ahí, por ende, nos perderíamos de todas las posibles campañas de difusión que podrían efectuarse en el futuro, solamente los podremos ver en fotos.

¿Cuáles son las acciones que la sociedad, empresario y los gobiernos municipales deberían atender en relación con los hongos silvestres?

Entender que son una fuente de proteína, vitaminas, minerales, propiedades medicinales y exquisitos sabores. Que se pueden comercializar a altos costos en muchas partes del mundo, que ayudan en el correcto desarrollo de las plantaciones forestales, que nos pueden brindar muchísimos servicios tanto ambientales como económicos y de alimentación. Que representan un recurso invaluable que vamos a necesitar en el futuro

¿Cómo visualizas a los hongos silvestres en un futuro?

Los esfuerzos son titánicos, se trata de promover el consumo de hongos silvestres comestibles y la conservación de sus hábitats mediante eventos de recolección, ferias, exposiciones por todo el mundo, en cada región, actores diferentes. En México no es nuevo, somos pioneros en el concepto micoturismo que inicio hace más de 20 años en Oaxaca y Michoacán y en los últimos años ha explotado de manera organizada en gran parte de la república. Sin embargo, el deterioro ambiental es muy grande, hay cifras alarmantes que indican que en el 2020, por ejemplo, se perdieron 127,770 hectáreas de bosque nativo, en ese bosque donde están las especies que nos van a alimentar en el futuro.

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Miguel Barrales

Agrobiólogo y fundador del proyecto Hongos de las Altas Montañas dedicado a la promoción del cultivo y aprovechamiento de los hongos silvestres comestibles y medicinales en la región.

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